La intervención que se ha presentado esta mañana, forma parte de un proyecto más amplio de restauración de las cubiertas de toda la iglesia, declarada Bien de interés Cultural en 1997. Por el momento, se ha actuado en la zona más afectada y dónde era más urgente intervenir: la cubierta de la sacristía, donde la unión de diferentes patologías había configurado un deterioro generalizado, que se había visto agravada tras las lluvias del pasado invierno que formaron abundantes goteras que hacían peligrar la techumbre.
Se ha actuado reforzando y sustituyendo la parte estructural de las citadas cubiertas y retejando la zona afectada. El grave estado de deterioro en que se encontraban los materiales originales, es lo que había provocado el estado ruinoso del tejado de la sacristía y, por ende, las filtraciones.
La conselleria de Turismo, Cultura y Deporte había ya invertido con anterioridad 269.381,38 en diferentes actuaciones en las fachadas, el campanario y las pinturas murales exteriores, así como en la realización de diferentes catas arqueológicas para conocer el origen de las afecciones que sufren las cubiertas de todo el edificio.
«Esta rehabilitación, es un buen ejemplo de cómo la colaboración entre administraciones repercute en beneficio de nuestro patrimonio», ha indicado Marta Alonso. En esta ocasión la conselleria de Cultura ha financiado la obra con 87.500, y ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Guadassuar, que se ha encargado de la redacción del proyecto de esta última obra.
La Iglesia de San Vicente Mártir de Guadassuar
La Iglesia Parroquial de San Vicente Mártir se levantó entre los siglos XIV y XV sobre una primitiva iglesia, de la que apenas quedan noticias. Se trata de una iglesia de una sola nave con capillas entre contrafuertes dividida en cinco tramos. La cubierta de la cabecera es una bóveda estrellada, mientras que las naves se cubren con bóveda de crucería de tradición gótica. Sin embargo la portada es uno de los mejores ejemplos del Renacimiento valenciano.
En el siglo XVIII, se realizaron las principales obras de reforma que le dan prácticamente su aspecto actual. Las pilastras se decoraron con columnas adosadas; columnas con motivos vegetales dorados en el tercio inferior, fuste acanalado y capiteles compuestos y recorriendo el templo se colocó un zócalo cerámico. En el exterior se construyó un nuevo tejado (el actual), sobre uno precedente o sobre una hipotética terraza, lo que podría justificar la presencia todavía de gárgolas en algunos de los contrafuertes. Estas reformas también afectaron a la fachada, respetando la portada, se añadió un remate mixtilíneo con pirámides. También en este siglo se edificó la capilla de la Comunión.
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