Buñol se vive: Imágenes del pasado

Escribo pero en realidad estoy viendo, quizá imaginando. Las imágenes se posan en mi garganta y suben hasta la «loca de la casa». Estoy tecleando en escritura automática, no pienso lo que digo y no digo lo que pienso, solamente escribo sin cesar. Es un ejercicio muy saludable, se lo recomiendo. Libera la mente de barreras y cada símbolo parece sacado de adentro de verdad, sin filtros demasiado aparentes. Todo se mueve.

Buñol tiene una pinacoteca espléndida, no me sé la lista, pero Antonio López o Genovés están entre ellos, se lo comenté el otro día a mi amigo el concejal y le pareció buena idea, igual hasta lo conseguimos, sería una excelente realidad hacer una exposición permanente de las obras en vez de dejar que la pintura se oscurezca en los despachos y pasillos del Ayuntamiento donde muy pocos pueden disfrutarlas y si le añadimos la Exposición Buñol se Mira que se está preparando podrían ser las dos imágenes las que se podían exponer, 300 fotografía y no sé cuantos cuadros. Parece que el problema siempre es el dinero, habría que buscar un lugar amplio y céntrico y personal para su custodia. Abierto los fines de semana. Le he dicho que hay mucho jubilado y prejubilado en Buñol y podríamos proponer un voluntariado entre todos saldríamos a dos días al año o menos. Todo se puede si se quiere, he pensado siempre. Aunque no sé si es verdad. A veces lo creo y otras no. Me tengo que acordar de pasar por el banco mañana a ver si ha habido un milagro y hay dinero. El cuadro de la fotografía es uno de los del Ayuntamiento, o sea, de todos. Me pregunto qué pasó con el Concurso de Pintura que se hacía en Buñol y trajo casi todos esos lienzos a nuestro pueblo, hoy hay pintores consagrados que participaron en ellos, también qué pasó con los de literatura, prestigiar un concurso cuesta años, por qué se dejen de hacer y por tanto pierden su valor, sigo preguntándome. Mañana tengo que pasar por el taller se me ha roto el coche, lo que me faltaba para el chavo. Madre mía, me acaban de venir a la cabeza los chavos, cómo es la memoria te sorprende constantemente para bien y para mal claro como todo.

Tampoco me acuerdo de en qué año se perdió el buen ambiente que había en Buñol en las calles y en los locales de alterne, ni siquiera recuerdo cómo ocurrió. La Tasca me trae muy buenos recuerdos y el Pedal y el Nido del Cuco y la Cima y la Átomo… ahora suena tan hortera. Recuerdo algún discofórum, la leche, también han desaparecido y las Semanas Culturales y las de la Juventud (ni divino ni tesoro) y la Cabalgata del Humor y las Charangas y las buenas Verbenas y Charangas. Ver venas ha saltado a las letras y escucho el corazón bombeando con ilusión, coño como cambian los tiempos, en Cheste La Montecristo y Mermelada, en Chiva Don Julio y Barbacana, qué tiempos. Seguramente me he hecho mayor sin darme cuenta, ya me lo dijo un amigo «en cuanto tengas hijos verás» jajaja y creo que tiene parte de razón como todos.

El caso es que uno tiene las sensación de no entender muy bien por qué nos acomodamos tanto para vivir, pasando tantas horas en casa o frente al ordenador, en invierno se entiende un poco pero en estas fechas no sé si le encuentro sentido, sobre todo después de subir al castillo el pasado domingo y disfrutar de una cervecita y un aperitivo en la Alcazaba de la Plaza de Armas tranquilamente: ¡Qué gozada! pues faltó mucha gente, no entiendo lo que nos cuesta mover… ggrgrgrgrgrgrgrgr (eso es que hago como si estuviera enfadado y lo estoy pero no por esto sólo…).

Mantengo que hay una cierta patología en esta última década o más, nos hemos aletargado un poco, supongo que son leyes de la evolución, pero para qué estamos nosotros los humanos sino para cambiarlas… odo!
Sigo pensando que hay que llegar a un acuerdo, comprar o expropiar las fábricas del Hortelano y hacer un solarium y un merendero como antes o un balneario. Igual repetir el pasado no sea tan mala idea, sobre todo, si mejoramos. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, pero mira que si uno le da vueltas y a poco que nos fijemos se da uno cuenta de que del pasado se aprende mucho, como también de los fracasos y errores. No lo había pensado pero en cada lugar de estos había una familia trabajando y dando lo mejor de sí mismos, igual antes no íbamos tan desencaminados. Quién sabe.

Anda y sin darme cuenta ya he terminado, setecientas noventa palabras… Miguel Angel no me deja escribir ni una más. O quizá sí, les dejo con la duda. ¿Por qué no crear imágenes para el presente y para el futuro?

www.bunolsevive.com

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