La acumulación de tormentas de piedra y agua en esta primavera eleva a 13 millones las pérdidas en los cultivos en zonas como el Camp de Túria

Un campo de calabazas anegado por las fuertes lluvias registradas.
Un campo de calabazas anegado por las fuertes lluvias registradas.

La acumulación de tormentas de granizo y las copiosas lluvias que se han sucedido a lo largo de una primavera marcada por la inestabilidad atmosférica está pasando una factura que cada día resulta un poco más onerosa para el campo valenciano. A los dos episodios de pedrisco registrados a finales del pasado mes de mayo y que causaron pérdidas valoradas en unos 10 millones de euros, se sumó la intensa granizada que ha descargado en determinadas zonas de las comarcas de Camp de Túria, Camp de Morvedre y Horta Sud. Los daños ocasionados por este último siniestro oscilarán en torno a los 3 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones realizadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).

Después de un análisis más a fondo, efectuado esta mañana, los servicios técnicos de esta organización confirman los datos generales que adelantaron en la tarde de ayer y que arrojaban la cifra de unas 3.000 hectáreas afectadas en mayor o menor medida por la piedra. Concretamente, la comarca que se ha llevado la peor parte es Camp de Túria, con un total de 1.300 hectáreas que han sufrido los efectos de la tormenta, y que se reparten especialmente en los términos municipales de la Pobla de Vallbona, Llíria, Benaguasil y Benisanó. Cítricos y hortalizas, como sandía, cebolla, calabaza o patata, son los cultivos que han resultado más perjudicados con niveles de afección muy variables, pero que en algunas explotaciones llegan al 50% de la cosecha. El valor económico de las pérdidas se situaría en 1,3 millones.

El granizo de la tarde de ayer también tuvo una incidencia negativa en las comarcas de l’Horta Sud y Camp de Morvedre. En el primer caso la superficie afectada asciende a 800 hectáreas y la cuantía de las pérdidas se eleva a unos 800.000 euros, mientras que en el segundo, el territorio donde se han registrado daños es de unas 900 hectáreas y el valor de las pérdidas alcanza los 900.000 euros. Los cítricos y los caquis de localidades como Picassent, Torrent, Masanassa, Catarroja y Alcàsser (Horta Sud) y Benifairó de les Valls (Camp de Morvedre) son los que han padecido estas inclemencias climáticas con grados de afección que oscilan entre el 20 y el 60% de las cosechas.

Por otra parte, y como consecuencia de las anteriores tormentas, están comenzando a aparecer ciertos problemas de marchitez fisiológica en algunas parcelas de viñedo de la comarca de Utiel-Requena, un fenómeno motivado por las oscilaciones bruscas de temperatura. También hay preocupación en el sector arrocero a causa de la gran cantidad de agua acumulada durante las últimas semanas, una circunstancia que podría haber provocado el arrastre y el desplazamiento de algunas plantas.

No obstante, y con las excepciones ya apuntadas, también es preciso destacar que estas últimas lluvias están teniendo efectos sumamente beneficiosos para la agricultura valenciana en su conjunto y de manera muy especial para los cítricos y los cultivos de interior, como almendro viña y olivar. Además, el agua ha limpiado el arbolado, recargado los acuíferos e incrementado el nivel de los pantanos.

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