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La Feria Agrícola y de Comercio ha vuelto en su decimoséptima edición superando todas las expectativas en cuanto a participación y movimiento.
A pesar de la lluvia que ha hecho acto de presencia durante dos tardes, la gente ha salido a la calle y ha paseado a miles por la avenida Corts Valencianes.
Mucha animación que se ha visto revalorizada por las transacciones que se han llevado a cabo desde el pasado viernes y que, en términos generales, valoran satisfactoriamente los expositores.
Todo tipo de plantas o complementos para el día de la madre, maquinaria para el campo, para la obra o para el jardín, piscinas prefabricadas, mobiliario para el jardín, amplia gamma de automoción y productos del comercio local a buen precio han interesado a muchísimos visitantes.
El alcalde, Eugenio Fortaña, y el regidor de Comercio, Iván Picó, visitaban todos los expositores antes de clausurar la feria y no podían estar más satisfechos. “En estos diecisiete años la feria ha cambiando y hemos ido mejorando en cuanto a ubicación y oferta, y esto se ha notado a pesar de los dos años que no hemos podido salir a la calle”, asegura el regidor.
Por su parte, el alcalde, además de destacar “una afluencia histórica de visitantes, provenientes incluso de más allá de la comarca”, también ha querido destacar la oportunidad de negocio que genera la feria. “Estos días hemos contado con más expositores que en cualquier edición, se han producido numerosas ventas y se han cerrado muchos contratos, y esto nos alegra porque es el objetivo principal por el cual se organiza la feria”.
La cita finalizó domingo por la tarde con la rifa de vales de compra organizada por la Asociación de Comerciantes que se encontró con una de las premiadas en el mismo recinto ferial.
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