El mosquito tigre se está convirtiendo en una de las especies invasoras que más preocupa, tanto a las administraciones como a la opinión pública. Desde su aparición en España, en el año 2.004, se ha ido extendiendo desde Cataluña hasta la Comunidad Valenciana, tratándose de un potencial transmisor de una veintena de enfermedades infecciosas entre las que se encuentra el dengue, el chikungunya y el zika, si bien, hasta el momento, los mayores trastornos que ocasiona son las picaduras y la reacción posterior que producen: molestias de la piel, enrojecimiento, picor y desazón que pueden durar varios días.
Las principales hipótesis vinculan la expansión del mosquito tigre al trazado de la autopista A-7 ya que, por sí solos, los adultos no se desplazan más que en un radio de unos 400-500m. En 2010 fueron detectados los primeros ejemplares detectados provincia Castellón, tres años después en la provincia de Valencia y en 2014 área metropolitana de Valencia.
La experiencia acumulada, según declaraciones de Alejandro Agustina, concejal de sanidad del Ayuntamiento de Buñol, indica «un período de mayor actividad entre mayo y noviembre, si bien el alargamiento del verano y las temperaturas extremas que seguimos padeciendo presagian su presencia hasta bien entrado el mes de diciembre. A diferencia del mosquito tradicional, el mosquito tigre no busca grandes extensiones de agua como ríos o lagos sino que las hembras ponen unos 80 huevos cada cinco o seis días en pequeños recipientes, de manera que cuando sube el nivel del agua se inundan y de ellos salen las larvas. Las larvas de esta especie se desarrollan en recipientes donde existan pequeñas cantidades de agua sobre todo si se hallan en lugares sombreados como jarras, cubos, floreros, platos de macetas y otros objetos conteniendo agua en jardines, patios y descampados. En la práctica estos huevos son tan pequeños como una mota de polvo, por lo que a simple vista pasan desapercibidos».
Así las cosas, Alejandro Agustina resalta la extrema dificultad de luchar contra este mosquito tigre ya que la mayor prevención debe ser doméstica, evitando tener en los domicilios particulares estas pequeñas acumulaciones de agua, fundamentalmente, los platos de las macetas.
El concejal insiste en la importancia de la concienciación ciudadana y también recuerda la importancia de que los ciudadanos cubran cualquier recipiente que pueda acumular agua, como cubos, juguetes, jarrones o ceniceros; cubrir con tela mosquitera espesa aquellos recipientes de agua que no se puedan vaciar y cambiar el agua de los platos abrevaderos para animales domésticos.
Por su parte el Ayuntamiento de Buñol, ha contratado los servicios de una empresa especializada que ha instalado dieciséis puntos de control de larvas y especies adultas en diversos lugares del municipio y que, además, cada quince días, tratará con productos específicos los imbornales (líquidos a base de siliconas para el tratamiento de las larvas).
13.- Depósito frente al Auditorio
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