Juan Mas: «El paso del tiempo me ha dado una mayor libertad expresiva»

Pocos días después del cierre de la muestra pictórica ofrecida en Buñol, su población natal, el pintor Juan Mas tuvo a bien valorar tanto esta experiencia como su exitoso recorrido artístico en la edición impresa de este semanario.
—PREGUNTA: ¿Qué sensaciones quedan en un artista tras exponer por primera vez ante su gente? ¿Cómo definiría esta experiencia?
— La de un deber cumplido, con todo lo que ha significado un despertar a una forma de ver y sentir que me condujo a la pintura, como un agradecimiento que me hizo sentir y gozar del paisaje, las formas y el color.
— Supongo que satisfecho por la participación en el cierre de su muestra de dos personalidades de la talla del catedrático Román de la Calle y del profesor Anacleto Ferrer, sin olvidar la presencia de amigos y representantes del tejido asociativo local, ¿no?
— Sin duda alguna ha sido un premio especial que nunca esperaba. Escuchándoles hablar de mis trabajos con tanto conocimiento, rigor y afecto me hizo sentir que mi vida como pintor estaba justificada.
— Se atreve a definir su obra. ¿Qué evolución ha experimentado ésta con el paso de los años?
— Mejor que yo lo han hecho Román y Anacleto. Yo diría que mi obra es una búsqueda continua de uno mismo: íntima, sin participar en modas, pero con toda la historia a mis espaldas. El paso del tiempo me ha dado una mayor libertad expresiva.
— Si echamos la mirada hacia atrás en el tiempo, ¿qué cambios observa entre el Juan Mas de juventud que salió de Buñol en busca de su libertad creativa y el que hemos tenido la oportunidad de conocer en plena madurez?
— Imaginemos que uno está ciego, mudo y prisionero en un mundo que ni entiende, ni lo entienden. El cambio ha consistido en aprender a ver y a ser libre.
— Si me permite, debemos recordar que usted es un hombre criado artísticamente en pleno período de posguerra. ¿Fue difícil abrirse camino como artista en una España en reconstrucción y bajo una férrea dictadura?
— Para un artista siempre ha sido difícil abrirse camino en España. Para la gente obrera lo difícil fue estudiar. Lograr la licenciatura en Bellas Artes me permitió acceder a la docencia y compaginarla con mi mundo de pintor.
— ¿Qué opinión le merece la nueva generación de artistas?
— Como en cada época a partir de finales del siglo XIX, la experimentación con nuevos materiales, así como el concepto amplio del arte han llevado a un campo sin fronteras: pintura, escultura, teatro, etcétera. Estamos viviendo en un mundo inquieto y creo que toda la experimentación es buena.
— ¿Cómo se definiría en el apartado docente? ¿Qué conocimientos ha intentado transmitir durante esta etapa y qué le han enseñado los alumnos?
— La enseñanza ha sido una parte importante en mi vida, tanto personal como profesional. Mis clases eran como un diálogo conmigo mismo en voz alta. Si se propone un tema con unos objetivos, cada alumno da una solución distinta al mismo problema. Analizamos los resultados entre todos, aprendiendo tanto profesor como alumnos.
— Y para acabar, ¿en qué proyectos centra a día de hoy su atención?
— Estoy intentando llegar a ser presidente del gobierno para ver si arreglo un poco lo de la educación en este país. Como creo que esto va a ser un poco difícil, intento relajarme con buena música, buenos libros y gozar pintando en compañía de las personas que me quieren.
— Un abrazo y muchas gracias por la atención prestada.