Tal como adelantó este semanario en su edición impresa, el análisis al detalle de los resultados de las Municipales de 2015 nos hace poner el foco sobre la abstención. No en vano, los números confirman que quienes no pudieron o decidieron no participar en el proceso electoral en las Municipales hubieran podido decidir otro reparto de poder muy distinto al actual.
Partiendo de la reflexión de que tan legítimo es ejercer el derecho en las urnas como el no hacerlo, debemos precisar que en La Hoya de Buñol-Chiva ha sido importantísima la decisión de quienes han decidido pasar de la política, o hacer política de forma muy distinta al resto.
En cifras globales, en esta comarca estaban llamados a las urnas un total de 39.092 personas, de las que ejercieron el voto 29.610. Las otras 9.482 no depositaron finalmente las papeletas en las urnas.
Por pueblos, en Alborache no han votado en los comicios municipales 174 personas (242 en 2011) de las 889 que estaban autorizadas a hacerlo. En Buñol, estas mismas cifras son todavía más determinantes, pues 1.559 votantes (1.404 en 2011) no han ejercido su derecho a voto de los 7.630 facultados para eso.
Si nos centramos ahora en Cheste, debemos apuntar que de los 6.352 vecinos llamados a las urnas acudieron 4.671, por lo que los otros 1.681 decidieron no hacerlo, cifra superior a los 1.517 de hace exactamente cuatro años. Los números denotan cierto hastío hacia la política, algo llamativo en un proceso de estas características.
Chiva es otro de los núcleos urbanos en los que el número de abstenciones llama poderosamente la atención. Aquí, han sido 3.289 los vecinos que no ha votado en las municipales, de los 11.047 que podían hacerlo. En 2011, la abstención fue de 3.008.
En Cortes de Pallás han sido finalmente 800 los residentes que han acudido a las urnas, mientras que otros 138 se han quedado fuera del proceso de elección, cifra superior a los 99 de la anterior cita electoral.
En Dos Aguas, de los 444 votantes 50 se quedaron sin participar (frente a los 37 de 2011); en Godelleta no lo hicieron 687 de los 2.571, mientras que en Macastre fueron 186 de los 1.065 que estaban citados para hacerlo. En estos dos últimos núcleos urbanos, la abstención ha subido en 86 y 17 personas, respectivamente.
Siguiendo el orden alfabético, Millares es uno de los pueblos en los que se ha detectado mayor implicación vecinal, pues han votado 345 personas de las 383 que podían hacerlo. Sólo 38 se han abstenido (frente a los 42 de 2011). Aquí, su participación hubiese sido importantísima.
En Siete Aguas la abstención ha sido de 156 votantes, frente a los 185 de hace cuatro años. En esta población, estaban llamados a las urnas 1.008. En Turís, la cifra de abstencionistas sube hasta los 1.244 (1.042 cuatro años atrás). Aquí, eran 5.017 los votantes inscritos en el censo, por lo que el número de quienes no han votado ha sido ciertamente destacado.
Por último, en Yátova han sido 270 los ciudadanos que han preferido no decantarse por ninguna de las opciones presentadas de los 1.748 facultados para votar. En este núcleo urbano, el número de abstenciones ha bajado respecto a la anterior cita con las urnas, pues entonces fueron 293 los residentes que no participaron.
En conclusión, la abstención ha subido en todos los pueblos excepto en Yátova, Millares, Siete Aguas y Alborache. No en vano, si hace cuatro años se computaron 8.649 abstenciones en la comarca, en este 2015 la cifra ha subido hasta los 9.482 (+833) ciudadanos.
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