Los agricultores de Turís y Godelleta se interesan por un nuevo sistema para evitar que se hielen los cultivos

Un agricultor muestra el dispositivo a implantar en los campos. tc.c

Un agricultor muestra el dispositivo a implantar en los campos. tc.c
Según les adelantó este periódico en su edición impresa, los agricultores de Turís y Godelleta han sido informados en los últimos días sobre un nuevo sistema para evitar heladas en sus cultivos y que es perfectamente extrapolable al resto zonas de La Hoya de Buñol-Chiva y La Ribera.
Desde hace unos años las heladas en cultivos en los campo valencianos, especialmente en zonas del interior, han causado muchos daños, tanto en los árboles como en sus frutos. Hasta ahora el seguro cubría el siniestro, pero los continuos sucesos de este tipo han provocado que, en algunos casos, no se deje contratar a determinados agricultores el total de kilos o el precio del mismo se dispara sobre manera.
Así las cosas, hace ya algún tiempo que se está buscando un sistema efectivo que permita proteger a los cultivos de las heladas como ventiladores, candelas, botes de humo, etcétera. Pero ninguno termina de ser fiable. Además, su coste es muy elevado.
Por eso un agricultor de La Ribera, Carlos Arenes, ha estudiado los diferentes sistemas antiheladas que utilizan en las diferentes zonas del Mundo. Y después de un tiempo encontró uno que utilizan en Chile y que ya está patentado para poder implantarlo en España. Un sistema que se basa en la utilización de microaspersores con un pulsador que moja la planta.

El sistema de micro aspersión
Este sistema se basa en el uso de un pulsador que asociado a un gotero autocompensante y una cabeza giratoria se convierta en un microaspersor de bajo caudal y largo alcance. Este conjunto de elementos se instala sobre la copa de los árboles, logrando mojar la canopia con caudales muy bajos y de largo alcance.

Instalación
Al riego localizado ya existente se le añadiría otra goma donde se colocarán los microaspersores, esta goma necesita menos caudal que la del riego. El caudal de los goteros es transformado por el pulsador en un alto caudal instantáneo, alcanzando diámetros de mojado de 9,5 metros. Para plantaciones de 500 árboles por hectárea, el caudal de consumo con un gotero de 20 litros a la hora es de 10.000 litros a la hora por hectárea 1 mm/hora. El coste del montaje por anegada es de unos 250 euros.

Protección
Cuando se aplica agua sobre un árbol, este recibe calor por «conducción» (contacto) con el líquido elemento. Una vez alcanzada la temperatura de congelación se inicia la formación de hielo sobre las hojas, tallos, frutos y envolviendo o cubriendo parcialmente los elementos humedecidos o con agua en su superficie. Es en este momento cuando se inicia la segunda etapa de protección y que haciendo la analogía con el mundo esquimal lo definen como «efecto iglú», ya que el hielo hace una capa protectora e aislante, evitando la pérdida de calor por radiación y convección.
Esta capa aislante es un abrigo para la planta. En forma simultánea con la formación de hielo se produce el aporte del calor latente del agua al cambiar de estado líquido a sólido y que alcanza a 80 calorías por gramo. Según Carlos, «esta es una cantidad enorme de calor que se entrega en forma parcial a la planta por conducción y mayoritariamente se pierde en la atmósfera por radiación».
Además, una vez producida la capa aislante y ante la permanente aplicación de agua que se convierte en hielo, liberando el calor latente, se estima que la cubierta exterior de la capa de hielo se mantiene en temperaturas cercanas a 0° C, evitando que el hielo disminuya su temperatura la cual puede llegar al cero absoluto. Como la capa exterior de hielo se encuentra bajo constante recepción de calor por conducción, el elemento que se encuentra bajo esa delgada capa de hielo que actúa como aislante queda protegida, estimándose que alcanza niveles cercanos a cero grados centígrados.

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