El proyecto de intervención en el edificio histórico tiene que hacerse conjuntamente a partir de una serie de premisas previas como por ejemplo la investigación arqueológica para el hallazgo de una posible villa romana sepultada, exactamente, bajo tierra y un estudio público sobre la demolición iniciada hace pocas semanas por el ayuntamiento de la Pobla del cual se desconoce los rasgos principales.
El CEL recuerda que en la intervención de un inmueble antiguo «hay que hacer, previamente, un alzado de los elementos ya existentes, un estudio de demolición que tenga en cuenta la protección de las partes a conservar y que especifique, con detalle, el destino de cada material existente a su interior de forma que haya una separación de aquellos que se pueden aprovechar y de aquellos que hay que tirar, el número de kilogramos y un emplazamiento donde se trasladarán los restos materiales; de esto no tenemos ninguna constancia hasta ahora, por lo tanto, hace falta mayor transparencia e información porque los trabajos que se realizan actualmente no se ajustan a esos parámetros».
Además, no hay ninguna protección contra el agua a pesar de que las demoliciones se hacen en tiempos de tormentas y se ve una noria de camiones de escombros.
Las obras que se están realizando carecen de obreros y personal especializado y calificado en inmuebles antiguos porque «son los mismos operarios de la brigada de obras del ayuntamiento quienes están trabajando, a pesar de que no están preparados para actuar y podríamos llegar a un punto peligroso irreversible para la conservación fidedigna de la Casa de Bernal».
El CEL añade que no se ha publicado ningún plan de demolición «porque no se quiere reconocer que se está demoliendo una parte importante del edificio con el fin de agilizar el proceso del proyecto con vistas propagandistas y sin ninguna sensibilidad por el patrimonio local, incluso no hay ningún técnico municipal supervisando; de hecho el letrero instalado en la puerta habla de conservación pero se está haciendo una demolición en toda regla».
El centro de estudios de la Pobla recuerda que desde la entidad «nos ofrecimos en el ayuntamiento para prestar toda nuestra ayuda y experiencia de los expertos que forman parte de la entidad pero hasta ahora hemos recibido el silencio y el desprecio como única respuesta a pesar de que se trata del futuro de un inmueble muy conocido y estimado por todos los ciudadanos que ha tardado mucho en ser de propiedad municipal y no queremos que se haga una actuación incorrecta».
La Casa Bernal está protegida en el actual plan general de ordenación urbanística (PGOU) como bien de relevancia local que impide derrocar su fachada principal en cuya parte superior existe actualmente un escudo que recuerda las banderas otorgadas por la reina Isabel II a la ciudad de Valencia. Por este hecho, desde el CEL se afirma que todavía hay tiempo para rectificar el proceso iniciado consistente en derribar las caballerizas exteriores y sacar todos los escombros.
«A pesar de que sólo está protegida la fachada de la Casa de Bernal, la nueva ley urbanística valenciana recoge la necesidad de tener en cuenta el entorno protegido, de forma que la intervención habría que llevarla a cabo con una mayor atención usando las herramientas previstas para aquellos casos, recordando que si son obras de conservación entonces no se puede hacer una demolición», manifiesta el CEL.
El CEL ha denunciado repetidamente en los últimos meses el estado de deterioro progresivo que sufre esta casa señorial construida a mediados del siglo XIX por la carencia de inversiones y de un plan integral de intervención que ayude a conservar de la forma más seria y rigurosa el estado original de la Casa de Bernal para que las futuras generaciones sean partícipes de su importancia.
Finalmente, el CEL ha concluido que la Casa de Bernal «es una joya señorial con un valor literario, patrimonial, arquitectónico y urbanístico indudable que la sociedad civil de la Pobla tiene que ayudar a conservar y difundirla entre el resto de vecinos porque los poblanos estamos ya escarmentados del episodio que ocurrió en 1985 con el derribo de la Casablanca con la excusa de su deterioro físico».
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