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En la vida todo tiene un principio y un final.
Ha sido una de las decisiones más difíciles que me ha tocado tomar, y es que separarte de quien amas nunca es fácil pero tan importante es llegar como saber cuándo debes salir.
Todos hemos dado el máximo por conseguir llevar a nuestro C.D. Buñol a cotas jamás imaginadas y eso conlleva un desgaste.
Gracias a todos los que habéis compartido conmigo, aunque sólo haya sido un segundo este maravilloso viaje.
Gracias a Paco “Cheroni”, contigo empezó todo.
Gracias a Paco Zanón y su junta directiva por abrirme de nuevo las puertas del Beltrán y darme la posibilidad de ser el entrenador de este GRAN CLUB en el año de su centenario.
Gracias a Víctor Sanchís por los sabios consejos y serenidad que siempre me transmitiste.
Gracias a Arturo por el apoyo y ayuda que me brindaste.
Gracias a Pablo Cusí por estar pendiente de mi y animarme en los malos momentos “espero que desde ahí arriba hayas disfrutado de tu Buñol”.
Gracias a Miguel Ángel, Pilar y Adriana por el seguimiento, dedicación y pasión con la que habéis inmortalizado nuestro día a día, habéis hecho que una humilde plantilla de jugadores amateurs se sintiera como auténticos profesionales.
Gracias a TODOS Y CADA UNO de los jugadores que habéis pasado por el vestuario local de esta FAMILIA y es que todo lo conseguido es gracias a vosotros, yo he sido un espectador de lujo.
Gracias a vuestras familias, yo siempre he pensado que detrás de un gran hombre siempre hay una gran familia y sin duda han sido parte fundamental de este viaje que hemos compartido.
Gracias a Buñoleros y “Buñolarras” por apoyarnos como lo habeis hecho aún en la época tan difícil que nos ha tocado vivir pero sobretodo por impregnarme de sentimiento buñolero que tanto mi familia como yo luciremos de por vida.
GRACIAS a mi cuerpo técnico: (Boluda, Rafa, Amador, Charly, Delice, Pedrinho y Antonio) comencé compartiendo pero empecé pronto a necesitaros. Aquí VUESTRO AMIGO POR SIEMPRE.
Pero sobretodo GRACIAS a nuestros hijos y a ti RAQUEL, gracias por aguantar, seguir y levantarme cuando lo he necesitado. Disculparme por todas las horas que os he robado pero desde el principio entendisteis que el fútbol y el Buñol eran mi pasión.
No es un adiós, ni siquiera un hasta luego por que nunca me iré y es que tanto mi familia como yo BUÑOLEROS Y BUÑOLARRAS seremos hasta la muerte.
GRACIAS, GRACIAS Y MILLONES DE GRACIAS.
Adrián Ferrandis
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