Aunque la campaña de recogida de las algarrobas llega este año con varios días de retraso, los robos no se han hecho esperar. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama que las fuerzas y cuerpos de seguridad intensifiquen la vigilancia en los campos pero sobre todo en los centros de venta, tras detectar una oleada de robos sin precedentes que está ocasionando pérdidas millonarias a los productores valencianos.
Los ladrones, organizados en bandas profesionalizadas y equipadas con toda la infraestructura necesaria, han empezado a delinquir antes de que el fruto alcance el suficiente grado de maduración como para caer al suelo. Con la intención de adelantarse al propietario de la explotación, los amantes de lo ajeno se afanan en recoger la producción directamente del árbol. “Muchas algarrobas que han sido sustraídas ilícitamente de los campos han entrado en el circuito comercial sin llegar a ser aptas para su proceso industrial o su consumo directo. Por ello estos robos prematuros no sólo perjudican a los productores sino que además ponen en riesgo la salud pública”, advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.
La gran mayoría de robos se registran en La Hoya de Buñol, aunque también hay casos en Camp de Turia y La Ribera Alta. Según Aguado, “la respuesta más contundente que puede darse para frenar esta sangría es actuar sobre los puntos de recepción de la mercancía robada, que en muchos casos no tienen licencia de apertura ni demuestran la trazabilidad del producto. Estos almacenes se mueven dentro de la economía sumergida y son además colaboradores directos del robo”.
El dirigente agrario agrega que “nuestros gobernantes hablan mucho de su preocupación por la inseguridad rural y de los ambiciosos planes que han puesto en marcha, pero lo cierto es que el problema de los robos no se ha atenuado ni lo más mínimo y sigue siendo una de las principales preocupaciones del sector”.
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