
Los juguetes que se distribuyeron entre los niños y niñas de Riba-roja fueron depositados en el interior de la propia sede del Partido Popular desde donde horas antes del comienzo de la cabalgata se cargaron en los camiones que, posteriormente, se utilizaron en el recorrido fijado por las calles del casco urbano, tal y como se aprecia en las imágenes captadas.
Además, el PSPV censura que los concejales del Partido Popular -a bordo de los camiones- fueron los encargados de distribuir, finalmente, los juguetes y regalos entre las familias a partir de criterios políticos y de conveniencia «con el único objetivo de politizar y obtener unos cuantos votos ante la mirada de rabia e incredulidad del resto de visitantes de la cabalgata, algo a lo que el PP de Riba-roja nos tiene acostumbrados, porque piensan que el ayuntamiento es su propio cortijo donde hace y deshacen a su antojo».
El portavoz socialista, Robert Raga, considera que el espectáculo vivido en la pasada cabalgata «demuestra una vez más la forma de gestionar y gobernar del alcalde que anda preocupado por la mala imagen que ha cosechado durante los últimos años al frente de un ayuntamiento que hace aguas por todas partes; es capaz, incluso, de convertir un acto de ilusión y alegría entre los niños de Riba-roja en un acontecimiento partidista y absolutamente politizado».
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