— PREGUNTA: ¿Cómo surge la idea de escribir este libro dedicado al maestro Guzmán Cárcel?
— RESPUESTA: La idea surgió hace exactamente 20 años, cuando murió mi tío. Fue en el año 1992 cuando un joven de aquí de Buñol me dijo que si vivíamos cuando se cumpliera el centenario del nacimiento de mi tío teníamos que hacer algo. Aunque quien me hizo la propuesta se fue a vivir a Valencia, yo empecé a recoger datos. A ellos añadí cosas que me había contado en vida mi tío, mi madre y mi tía. Desde el año 44, fecha en la que yo tenía siete años, hasta 1992 me acuerdo prácticamente de todo lo que rodeó a mi tío. De los años anteriores a esta fecha he conocido interesantes datos en boca de la familia. Todo lo que sé y me han contado está reflejado en el libro.
— ¿Qué es lo que más ha costado al realizar este trabajo?
— Lo que más me ha costado, y que incluso me ha llevado a adelgazar unos cuantos kilos, es recopilar toda la información y las 40 colaboraciones que se incluyen en el mismo. Ha sido mi hija, Marisa Pilán Hernández, quien me ha ayudado, quien lo ha coordinado todo y quien me propuso ponerme en contacto con los lugares en los que mi tío trabajó como profesional de la música o con los que mantuvo alguna relación. Así, contacté con los presidentes de las bandas de Tavernes de Valldigna, l’Ollería, Moncada, Requena, San Antonio, La Roda… con todos. Esto me costó mucho tiempo, sobre todo porque alguno de los presidentes que coincidieron con mi tío ya no estaban. Entre otras colaboraciones, encontraremos la de don Ramón Herrero, ex director de «Los Feos» y amigo de mi tío, la de don Enrique García Asensio y así hasta sumar 40.
— ¿Cómo definiría la figura de Guzmán Cárcel?
— Era muy buena persona. Particularmente me llevé un gran disgusto cuando murió, pues no esperaba este desenlace tan repentino. El año 1992 fue un año fatídico para mí, pues en mayo falleció también mi padre. Al entierro vino mi tío Guzmán Cárcel y se junto con músicos que habían estado con él en la guerra en Madrid contando sus batallitas y experiencias. Había músicos tanto de «El Litro» como de «Los Feos». Nadie imaginó entonces que le quedaban apenas unos meses de vida. En diciembre de 1992 fue cuando murió mi tío. Fue un año desastroso. Mi padre tenía 86 años y estaba muy envejecido, pero mi tío con 80 años estaba muy bien.
— Entendemos que este es el merecido reconocimiento al compositor del Himno a Buñol, ¿no?
— Sí, yo creo que es merecido. Hay otros ilustres como Manuel Carrascosa a quienes no se les ha hecho algo así y entiendo que es porque todo esto lleva muchísimo trabajo y muchas horas de dedicación.
— ¿Qué vamos a poder encontrar en este libro?
— Pues vamos a poder conocer su vida y aspectos como que desde los 4 años ya iba detrás de la música. A los seis ya tocaba el triángulo o los «hierresicos» como los conocíamos aquí en Buñol. Como ya dijo el alcalde durante la inauguración de la calle, en la actualidad es muy común que los niños estudien música a estas edades, pero entonces, en el año 1918-19, no había esta dedicación. Desde un principio a él ya se le vio que tenía muchas aptitudes para la música. En 1928, a los dieciséis años y en plena dictadura de Primo de Rivera, ya lo hicieron director de la Escuela de «La Artística» de Buñol. Al año siguiente, ya compuso su pasodoble más famoso y conocido Flores de España, al que tuvo que cambiar el nombre para registrarlo como Flores españolas.
— ¿Quién costea la edición de esta publicación?
— Este libro lo ha costado íntegramente la Diputación. Hace ya unos años le dije a Marcial Díaz, Pablo Palmer y Miguel Vallés lo que quería hacer. Ellos se pusieron en contacto con Diputación y finalmente se ha conseguido ésto. Yo ya le comenté a Marcial que todo el dinero que se sacara con la venta del libro se destinaría al 50% tanto para «La Artística» como para «La Armónica». Estas son las dos bandas que tocan, han tocado y tocarán el Himno a Buñol de mi tío, de ahí que el dinero íntegro que se consiga sea destinado a partes iguales a ellas. Esto que voy a hacer yo no lo ha hecho nadie. Por cierto, en el libro, se incluye un texto del presidente de «El Litro» y otro del de «Los Feos».
— ¿Acertamos al afirmar que el Himno a Buñol es uno de los más atractivos y que más gustan?
— Sí. Cuando tenía siete años, mi tío tocaba al piano Flores de España y yo silbaba el pasodoble. Desgraciadamente, el Himno a Buñol no pude escucharlo, máxime tras la Guerra Civil en la que estuvo prohibido por ciertos pasajes de su letra. El Himno a Buñol se volvió a tocar gracias a don Eduardo Ruiz, el de la Academia. Él fue quien en el año 60 lo movió todo junto al coro de la academia y mi tío. Le cambiaron unas estrofas, lo retocaron un poco y empezó a tocarse. Yo tengo programas en mi casa del «Mano a mano» desde el año 1974, algo que muy pocos pueden decir en la actualidad. En el libro, también hemos incluido el nacimiento del concierto «Mano a mano», recordando así a su mayor artífice, Joaquín Carrascosa Ortiz, conocido como el «Cartagena».
— ¿Dónde vamos a poder adquirir este libro?
— Yo ya he tenido la oportunidad de distribuir algunos ejemplares entre personas que sabía que lo querían. El libro cuesta apenas 10 euros, lo mismo que tres periódicos de domingo. Se podrá comprar en los quioscos y también en la Oficina de Información de Turismo. En cualquier caso, quien quiera venir a mi casa puede hacerlo e incluso le dedicaré el libro que compre.
— ¿Qué acogida espera por parte de los vecinos?
— Buñol es muy musical. Mi primo Alejandro Agustina Cárcel, colaborador también de tucomarca.com, lo leyó por encima y me dijo que el libro debería estar en todas las casas de Buñol, pues en él se recoge la vida y obra de un ilustre vecino que fue autor del himno de nuestro pueblo. Es oportuno añadir que tanto en Requena como en La Roda compuso varios himnos más que también han gustado muchísimo. Su obra ha sido muy prolífica.
— ¿Tiene previsto dar continuidad a este trabajo con otros de similares características?
— Pues no sé. Me he esforzado mucho. En menos de dos años, y gracias a la ayuda de mi hija, he podido publicarlo. Después de todo el trabajo hubo que maquetarlo, un trabajo que realizó Gisela García, quien aparece también en el libro.
—Por último, ¿le gustaría que este ejemplo cundiera y se pudiera hacer algo parecido con otros grandes músicos?
— Sí, por supuesto. Yo tengo 80 libros sobre Buñol de los 120 que hay publicados, según me comentaron en la Biblioteca. A mí me gusta todo lo referido a mi pueblo, por lo que me agradaría mucho que se continuara por esta línea.
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