La Ribera ha duplicado el número de atenciones por trastornos de la alimentación tras el estado de alarma

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Según la OMS, el confinamiento y la situación de pandemia actual han tenido un fuerte impacto en la salud mental de grupos de riesgo

La edad media de las pacientes que han iniciado tratamiento en la Ribera ha disminuido notablemente, con especial incidencia en el grupo de 11 a 14 años

Las personas con estos trastornos presentan un patrón alimentario alterado que puede implicar restricción de la ingesta, alimentación desregulada o atracones alimentarios

La Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTCA) del Departamento de Salud de la Ribera ha duplicado el número de pacientes con demanda de atención por algún trastorno de la alimentación, tras el decreto del estado de alarma en España. 

Esta situación se enmarca en el impacto general que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), han tenido el confinamiento y la situación actual de pandemia sobre la población en riesgo de desarrollar trastornos mentales, como son, entre otros, los niños y adolescentes, las mujeres y ancianos, la población migrante, los grupos minoritarios, las personas con discapacidad, o los equipos sanitarios.

Así, del total de pacientes de la UTCA del Departamento de Salud de la Ribera, el 57% han solicitado tratamiento tras el decreto del estado de alarma nacional. 

Junto a ello, la UTCA de la Ribera ha observado una notable disminución en la edad media de las pacientes que han iniciado tratamiento por un trastorno de la alimentación, siendo el grupo de pacientes de 11 a 14 años el 38,29% del total de pacientes atendidas, seguido del grupo de entre 15 y 18 años, que representa el 36,17%. 

El 19,14% de las pacientes de la UTCA de la Ribera tienen una edad comprendida entre los 19 y los 24 años y el 6,38% tienen 25 o más años.

Qué son los trastornos alimentarios 

Cabe recordar que los trastornos alimentarios son trastornos psicológicos que se caracterizan por presentar un patrón alimentario alterado, que puede implicar una restricción importante de la ingesta, una alimentación desregulada y/o la presencia de atracones alimentarios. 

Junto a esta conducta de ingesta alterada, las personas con este tipo de trastornos presentan conductas para controlar el peso y la figura corporal como la realización de ejercicio físico excesivo, la auto-provocación del vómito o el uso de laxantes y diuréticos. Además, los trastornos alimentarios suelen ir acompañados por un conjunto de síntomas que incluyen factores cognitivos (preocupación y rumiación constante respecto a la comida, el peso y la figura corporal); conductuales (pesarse en exceso o no hacerlo, evitar ciertos tipos de ropa y ciertos alimentos), y emocionales (irritabilidad, tristeza, depresión).

Según las responsables de la Unidad, “nos encontramos ante una situación excepcional, en la que ha habido tanto un aumento de nuevos casos como un agravamiento de aquellos que ya estaban diagnosticados; así, en pacientes con anorexia nerviosa se ha observado una mayor restricción en la ingesta de alimentos y un mayor miedo por si no eran capaces de encontrar los alimentos necesarios para su dieta. Por su parte, los pacientes con bulimia nerviosa y trastorno por atracón han presentado un aumento de los impulsos y episodios de atracones”.

Posibles explicaciones

Entre las posibles explicaciones a esta situación, las responsables de la UTCA de la Ribera destacan aspectos como: el retraso en la llegada de las pacientes a los servicios sanitarios, que ha provocado un retraso en su diagnóstico y tratamiento; las alteraciones de la salud mental general que puede haber provocado la época de confinamiento tanto por estar solos como por haber tenido un contacto excesivamente estrecho con familiares, o la mayor facilidad de acceso a los alimentos durante la estancia forzada en casa, que puede haber tenido consecuencias negativas en pacientes con atracones.

Otras explicaciones destacadas son: la mayor dificultad en el desarrollo de comportamientos compensatorios como la actividad física o purgas, que puede haber afectado a algunos pacientes, o la información en los medios de comunicación y redes sociales, que advirtieron del riesgo de aumento de peso durante el confinamiento, que pueden haber aumentado las preocupaciones por el peso y la figura y, con ello, precipitar o agravar la sintomatología alimentaria. 

Recomendaciones

Con el fin de prevenir el desarrollo de trastornos alimentarios en niños y adolescentes, las responsables de la UTCA de la Ribera aconsejan a los padres que desarrollen en el ámbito familiar un modelo de conducta saludable y alimentación variada, con presencia de todos los alimentos, sin restricciones continuas en forma de dietas y evitando caer en mitos que estigmatizan determinados alimentos.

Asimismo, se recomienda ayudar a los niños y adolescentes a aceptar su propia imagen corporal y la de los demás, sin prestar excesiva atención a aspectos relacionados con el peso y la figura y sin juzgarlos negativamente. 

Cuestionar con los adolescentes los mensajes sociales que asocian la delgadez con la belleza, el éxito y la salud, y reforzar su autoestima, más allá de un cuerpo ideal, son otras de las recomendaciones de las responsables de la UTCA del Departamento de Salud de la Ribera. 

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