La asociación de artistas Colectiva27 celebra en Cortes de Pallás una jornada de recogida de residuos para su posterior transformación en esculturas recicladas 

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Cami-N-Arte, el proyecto eco-friendly que convierte el incivismo medioambiental en arte

Pasear por el campo en busca de conexión con la Madre Tierra ya no es lo que era, podrás encontrarte con muchas otras cosas, pero naturaleza no es una de ellas. El incivismo es una práctica que lleva décadas traspasándose de generación en generación, manchado el verde de muchas montañas de Valencia, entre ellas, la de la aldea valenciana de Venta de Gaeta. 

Sus vecinos cuentan cómo en el pasado la gente tenía la costumbre de tirar sus desechos barranco abajo, basándose en la teoría de “si no lo veo, no existe”. Sin embargo, la construcción de centros de reciclaje no ha cambiado la situación en la actualidad. Kita Pardo y su marido Manolo Izquierdo, también vecinos del pueblo, solían pasear por el monte mientras recogían los residuos que encontraban a su paso. Llegaron a juntar hasta 13 grandes amontonamientos de basura que eran incapaces de acarrear, esperando a recibir ayudas para despejarlos. Las lluvias de la última primavera produjeron una riada que las llevó río abajo y consigo se llevaron todo su trabajo de reciclaje , pero entonces se les ocurrió la idea de Cami-n-arte. 

Esa situación fue la incipiente para que se les ocurriera la idea de Cami-n-arte, el proyecto transformado en el medio rural. Habiendo estudiado Bellas Artes, Kita sabía mejor que nadie el poder de protesta que tenía el arte, además de que la inspiración proviene de cualquier lugar. La artista ya había tomado cartas en el asunto medioambiental con su proyecto “Son las huellas del caminar”, y cuando informó a la asociación de artistas a la que pertenecía, Colectiva27, confiaron en Cami-n-arte. La afirmativa del Ayuntamiento de Cortes de Pallás, municipio al que pertenece el pueblo, colaboraron para demostrar las posibilidades del reciclaje. Próximamente, se espera convertir el proyecto en una ruta turística. 

Inicialmente eran pequeños grupos de artistas los que recogían ruedas, carretillas, camisetas y los transformaban en esculturas creativas, sin embargo, este último noviembre la idea cobró vida a un nivel mayor. Un grupo de hasta 30 artistas y voluntarios con la misma filosofía, se reunieron para la limpieza de los alrededores del río La Rambla de los Gallegos. Los residuos recogidos fueron reutilizados para crear imaginativas esculturas eco-artísticas, una protesta por el mantenimiento del entrono natural y rural. Ahora, el tramo recorrido se acompaña de seis nuevas composiciones: cabritillas hechas con bidones de aceite, parques de pájaros con llantas, arcos triunfales con juguetes desechados… ¡Que el arte entienda de límites como los entiende el universo! 

Al finalizar la jornada, lo único que supera el cansancio de los participantes es su sonrisa y plenitud personal. La familia Póveda vio en Cami-n-arte una oportunidad de pasar un rato en familia mientras que aprendían del arte en la naturaleza, y sus expectativas no fueron defraudadas. Su hijo de 11 años habla en nombre de todos cuando dice haber disfrutado mucho, “yo pensaba que me aburriría sin Internet, pero al final ha incluso lo repetiría el año que viene con mis amigos”. Es una actividad para artistas, familias, niños y todo quien quiera pasar un día divertido en el campo, conectado con su parte más artística y natural al unísono. 

Carla Mansanet, Valencia.

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